Tres son multitud... y cuatro ni te digo

Sé que llevo una temporadita desaparecida de éste mi blog y que no entro tan a menudo como quisiera ni en mis blogs preferidos. Últimamente llevo un ritmillo un poco duro. La verdad que he empezado muy bien el nuevo año pero demasiadas cosas a la vez: me había apuntado a un curso porque no tenía trabajo, encontré trabajo y no quise dejarlo y además encontré un amor (no sé si será el amor... eso con el tiempo se verá) que no me deja dormir demasiado (¡la de horas que hablamos!). Así que los días me pasan rapidísimo, a veces demasiado. Aún así intento no dar de lado a mis amistades y por eso busco un hueco para ellos los fines de semana. Y éste no fue la excepción. ¡Y además nos fuimos de carnavales! ¡Cómo nos divertimos!

Pero también mira que es pequeño el mundo... Más que pequeño es diminuto. Porque hay montones de fiestas carnavaleras en bares, discotecas, locales... y voy con mis amigas y me encuentro a mi amigo especial (y yo: bieeeeen!), pero anda que también está su ex y encima está con un amigo suyo que quiso algo más que palabras conmigo en verano. Bueeeenooooooo. ¿Y ahora qué? Qué mal te sientes cuando te sientes observada, vigilada. Así que, anda, me voy para la barra a por unos cubatas, no puede ser peor que esto... ¿O sí? Síiiiii, Soñadora todo lo supera... ¡Ay va! ¡Mi amigo el Caradura! M***** M*****, me ha visto, y se acerca rápidamente como un lobo a un corderito. Por suerte viene un amigo especial a salvarme. Y como le repatea al otro... Es lo que tiene valorar a las personas cuando las pierdes, cuando ya no les interesas. Lo peor es que no lo intenta una sola vez en todo el fin de semana. Lo mejor es que no voy a caer más. Busco algo más. Busco un compañero de viaje en el viaje por la vida. Quizá lo he encontrado...