9 de septiembre de 2007

Pereza

Bufffffff sí, eso es lo que me acompaña estos días: una pereza tremenda. No me apatece salir, no me apetece apurar los últimos días de playa, no me apetece marujear por casa, no me apetece... nada de nada. Lo único que me llama es el sofá (y eso que no es el más cómodo del mundo mundial). Quizá porque es algo que no hacía desde hace muuuuuucho tiempo. Me tumbo en el sofá y pongo la tele. Pero, ¡ains! si no hechan nada que valga la pena: programas de marujeo, series de hace 20 años que caen cada veranito, pelis de hecho real, de lagrimilla, aunque más tristes son las noticias. Así, que opto por enchufarme al pc: que si escribo algo en el blog, que si unos vídeos del youtube, que si hago el coti por algunos blogs, que si miro que no haya mis "queridos amigos" en el MSN antes de conectarme (tampoco me apetece hablar con ellos; uno ya se ha ganado el "no admitido"... el siguiente paso, eliminarlo del MSN y de mi vida, mal que me sepa, pero supongo que será lo mejor para todos).
Y cuando ya nada de esto me entretiene, pues me asomo por el chat, esa especie de manicomio en el que hago el tonto un ratillo, no pienso y me río de cómo está el personal. Porqué, de verdad, que en más de una ocasión me pregunto: ¿que C*** haces aquí? Creo que poco tengo en común con la mayoría de gente que se encuentra allí, aunque, todo hay que decirlo, alguna "alma gemela" he encontrado. Sí, sí, no soy la única que sale del fuego pa meterse en las brasas, no soy la única con un estado anímico muy parecido a una montaña rusa, no soy la única que necesita gente nueva porque tiene las amistades emparejadísimas y felizmente enamoradas (ais, que envidia sana me dan...)
Y nada, después de un ratillo de risas, de tontería, pues vuelvo al mundo real, a mi casa (weno, eso de mía es porque es donde vivo, porque yo en propiedad no tengo nada). Y entonces llega el momento de reflexionar, de decir: ¡chica, estás fatal! ¿Y dicen de las drogas? El chat este es muuucho peor creo yo. Pero bueno, mientras sepa separar la realidad de la ficción... Y, ¿por qué no?, mientras encuentre a gente maja con quien mantener una conversación agradable... El entorno es lo de menos.
Aunque todo hay que decirlo: nunca sabes exactamente quién está al otro lado. Para muestra, un botón:

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