26 de junio de 2007

La curiosidad mató al gato

Nunca había pensado que se pudiera conectar con personas a las que no conoces, ni tan siquiera has visto. Gente que, a medida que hablas con ella, ves (o crees ver) que pensais si no igual, muy parecido.
Yo entré en un chat en un mal momento en el que me sentía sola. No entré para ligar ni nada de eso. Creo que entré por una mezcla de cosas: sentimiento de soledad, necesidad de desahogo, vaciarme frente a alguien que no me conociera y curiosidad. Sí, curiosidad de saber cómo iba eso de los chats, curiosidad por saber que hacía la gente en ellos, curiosidad por conocer gente y saber de ella.
Después de horas, días y hasta meses, he visto que un chat es una recreación de la vida misma, hay de todo todito: gente maja, salidorros, taraos, gente que va, gente que viene, altruistas, generosos, interesados, sinceros, mentirosos...
Pienso que esto de conocer gente a través de un chat no es tan distinto de hacerlo en persona: acabarás conociendo a la auténtica persona. La única diferencia es el canal: mientras en un caso es una discoteca, un curso de idiomas, la casa de un amigo... en el otro es un pc.
Lo único que puede aproximar estas dos formas es conocer a la otra persona en persona (valga la redundancia). Aquí, pero, sólo será proporcional a la curiosidad que despierte una persona determinada. Y no sé si lo mejor debería hacer caso a la sabiduría popular y pensar que "La curiosidad mató al gato". Eso quién lo sabe. Yo por ahora no tengo intención ninguna de conocer a nadie, aunque reconozco que a veces me pica la curiosidad.
LA FRASE: "Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber." (Blaise Pascal, 1623-1662. Científico, filósofo y escritor francés)

No hay comentarios: