27 de junio de 2007

Soledad o compañía, ¿y tú de quién eres?

Siguiendo con mi baúl de los recuerdos...

"Como decía aquel anuncio de marca de refrescos (de cuyo nombre no quiero acordarme --aunque me acuerdo-- para no hacer publicidad de gratix): ¿y tú de quién eres?

Hasta ahora pensaba que no sabía estar sola, porque en unos 12 años (uooooo, cómo voy creciendo! --me niego a decir que me hago mayor o envejezco, aunque sea verdad--) había estado sola sólo casi 2. Y la verdad es que el tiempo que había pasado sola no era por falta de pretendientes (no es pa' tirarme florecillas, pero realmente la gente te sorprende muy a menudo, aunque a veces también te sorprende gente que no te esperas cuando menos te lo esperas), sino porque no me sentía preparada, porque no tenía la relación anterior suficientemente superada.

Ahora, después de unas cuantas locuras, hace 4 meses que estoy sola y me doy cuenta de que quizá eso es lo que me va a gustar: ser libre, hacer lo que quiera, no tener que dar explicaciones, no comerme la cabeza por si me vuelven a engañar... ¡son tantas cosas!

Sinceramente, me daría mucha pena, ya que soy una sensiblona total, puedo ser muy mimosa (aunque no voy a negar que soy como Dr. Jekill y Mr. Hyde: puede ser un monstruo cuando me tocan lo que no suena) y soy de las que si se enamoran de verdad pueden hacer demasiadas burradas, me gusta tener esa sensación que tan pocas veces he tenido: lo que llaman mariposas en el estómago. Me da miedo acostumbrarme a la soledad, a no tener a nadie a mi lado, porque quizás aprenderé a no amar, a no dar, a no recibir, a no esperar nada, a ser egoista, a ir a la mía... ¡Con lo bonito que es amar, dar, recibir, compartir!"

FRASE: Todo llega cuando tiene que llegar, todo se va cuando se tiene que marchar. Nada pasa porqué sí, todo tiene su explicación. (Soñadora, 2007)

No hay comentarios: